Astorga
Después de visitar el Santuario de la Virgen del Camino, a las afueras de León, la novena etapa de la peregrinación a Compostela atraviesa el páramo leonés y la vega del río Órbigo antes de llegar a la capital de La Maragatería:
Astorga. Una pequeña ciudad, de apenas 13.000 habitantes , que sin embargo atesora un legado de 2.000 años de historia.

La ciudad y su diócesis
Cayo Plinio describió Astorga en el siglo I como la poderosa capital de la tribu de los astures . Su ubicación, muy cerca del Monte Teleno, la convirtió en una encrucijada para los pueblos celtas que habitaban en el noroeste
de la Península , algo que tampoco pasó desapercibido para las tropas de la Legio X Gemina que establecieron allí su campamento durante las Guerras Cántabras que dirigió el propio emperador, César Octavio Augusto , en el siglo
I a.C. El objetivo de esta campaña militar era tratar de controlar los ricos yacimientos mineros de la zona y establecer rutas más seguras para el oro que se extraía en el cercano paraje de Las Médulas y para el comercio con
los puertos de la Gallaecia.
Aquel pequeño castro de los astures, rebautizado en honor al César como Astúrica Augusta , creció hasta convertirse en capital de uno de los siete conventos jurídicos , Asturum, en los que
se organizó la provincia Tarraconense durante el Alto Imperio, abarcando el territorio situado entre el Mar Cantábrico y la Meseta Norte . De aquella época de esplendor , se conservan todavía parte de los lienzos de la muralla
(aunque fueron muy reformados en la Edad Media), el foso del campamento, la domus del mosaico , el foro , los restos de unas termas, el sistema de cloacas y la ergástula ( una cárcel para esclavos) que en la actualidad alberga
un acogedor Museo que muestra al público el origen de la ciudad; pero la caída del Imperio Romano abrió un periodo desolador en la historia de Astorga que fue despoblada y destruida, sucesivamente, por los visigodos (siglo
V) y los árabes (siglo VIII) hasta que el rey de Asturias Ordoño I ordenó su repoblación al Conde del Bierzo, a mediados del siglo IX, con familias procedentes de esta comarca leonesa.
El renacer de la ciudad coincidió
entonces con el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago, un acontecimiento que situó a la capital maragata en pleno camino de Compostela. Gracias a ello, se pudo reconstruir la muralla, se levantaron hospitales para
atender a los peregrinos y resurgió una de las sedes episcopales más antiguas de la Península junto a las diócesis de Mérida y Zaragoza.
A partir de la Edad Media, se invirtió el proceso y Astorga comenzó a languidecer
en favor de otras ciudades cercanas, como Ponferrada y León. Hoy en día, la ciudad es la tranquila capital de una comarca que atrae cada año a más turistas, deseosos de contemplar su patrimonio, degustar el cocido maragato
y comprar dos de sus especialidades más típicas: el chocolate y las mantecadas.
En cuanto al origen de su diócesis, las primeras comunidades de cristianos se asentaron en Astorga por su privilegiada situación como cruce
de caminos (paso natural de la Meseta a Galicia, Vía de la Plata, calzada a León y Zaragoza, etc.); por ese motivo , ya en el siglo III se tiene constancia de la existencia de una sede episcopal en la ciudad gracias a la llamada
carta sinodial de san Cipriano de Cartago, un documento escrito en el año 254 que menciona, expresamente, a la sede de Astorga-León y a sus primeros obispos, Basílides y Sabino. El posterior resurgimiento de la ciudad, a partir
del siglo IX, supuso la presencia ininterrumpida de prelados hasta la actualidad.
Este obispado es, hoy por hoy, uno de los mejores ejemplos de que los límites diocesanos no coinciden con los administrativos , pues la
diócesis de Astorga incluye parroquias enclavadas en dos provincias castellanoleonesas (León y Zamora) y una gallega (Orense) y es sufragánea del Arzobispado de Oviedo junto a las sedes de León y Santander.
La catedral de Santa María
Honrada con el título de “Apostólica”, tanto por su innegable relación con el Apóstol Santiago como por la antigüedad de los primeros cristianos que divulgaron desde allí los Evangelios, la catedral astorgana forma parte de
uno de los entornos monumentales más destacados de todo el Camino jacobeo; un magnífico conjunto histórico y artístico formado por las murallas romanas, el Palacio Episcopal ( obra de Gaudí), la iglesia de santa Marta , el
Hospital de san Juan y la propia catedral .
Como suele ocurrir en la mayor parte de nuestros templos , la sede del Obispado de Astorga se levantó en el mismo solar donde se habían construido otras dos catedrales anteriores
, ambas de estilo románico, en los siglos XI y XIII; ésta última fue consagrada en 1265 por el obispo Pedro Fernández y, durante algún tiempo, convivió con las obras de la nueva catedral gótica , tal y como se aprecia en un
cuadro de Peñalosa, del siglo XVII, conservado en la Capilla de la Majestad. Desafortunadamente , apenas se conservan algunos restos de estas construcciones como la capilla de santa Marina que forma parte del Museo Catedralicio.
Siguiendo
los planos que los expertos atribuyen a Simón de Colonia, el 16 de agosto de 1471 se colocó la primera piedra en la cabecera de la nueva catedral gótica y, como era habitual por aquel entonces, conforme se avanzaba con la nueva
fábrica se iba derribando la construcción anterior .
La mayor parte del templo se levantó en los tres siglos posteriores pero no se terminó definitivamente hasta 1965, cuando se remató el chapitel de la Torre Vieja.
El resultado fue la síntesis de los diversos estilos artísticos ( gótico tardío, renacimiento, barroco y neoclasicismo) imperantes en cada momento , lo que otorga a esta catedral una personalidad propia que sorprende al peregrino
por su amplitud y por la longitud de sus naves que recuerdan más a la arquitectura centroeuropea que a la de otras iglesias españolas.
